Cuánta DIARREA MENTAL de la Silvia joven, dios mío. No sabía si romper a reír histéricamente o irme a una cueva y no regresar jamás a la civilización.
Reírse como una loca acabó siendo la mejor opción, claramente.
(Avatar relevante para la ocasión).
I'm too afraid, I'm too afraid
I just don't know what to do with myself
Thinkin' all the time, don't know what to do
Don't know what to do, drivin' me out of my mind
Siendo como soy una supuesta sysadmin y webmaster no sé cómo no he abrazado antes la modernidad... bueno, sí, en parte por falta de dinero y en parte porque soy una late adopter de cojones. El caso es que:
Desde que llegó el PC nuevo he estado pegada a él la mayor parte del día, como en mi juventud (lol). Hasta me han dado ganas de hacer cosas productivas, pero ya me daré un par de cabezazos en la pared para que se me pasen (es broma, prometo que también voy a trabajar :P).
Cosas que hacer con esta belleza que huele a nouveau: jugar hasta que me suban las dioptrías, instalar Archlinux e intentar que esta vez quede todo mejor que la anterior, meterle el disco duro del trasto infernal y usarlo como vertedero de chorradas... Mmmmmm... ¿Se podrá crear una máquina virtual dentro de otra máquina virtual?...
Yo he venido aquí a hablar de mi libro... digo, de un libro que me he leído: El juego de Ender.
Lo tenía desde 2010 en mi to-read list de Goodreads, esa página web maravillosa en la que puedes dejar constancia minuciosa de qué obras estás leyendo, has leído o quieres leer. La cuestión es que este mismo año estrenan la película de Ender's Game, de modo que mi colega del alma me prestó hace unos días su ejemplar del libro y me urgió a que lo leyera cuanto antes, a fin de no cometer sacrilegio: esto es, ver la película antes de leer el libro.
Es que a veces el curso de acción no está claro.
Sé que el autor de El juego de Ender es un gilipollas integral (¡atención, spoilers!), pero no he querido permitir que ese detalle me haga prejuzgar su obra. De todo hay en el mundo: existen algunas personas deleznables que son imbéciles hasta decir basta pero que, por motivos misteriosos, son capaces de producir auténticas obras de arte llenas de profundidad y sensibilidad. Así que he leído el libro con una mente abierta, le he cogido ganas y lo he terminado relativamente pronto. La verdad es que hacía tiempo que no tocaba la ciencia ficción, y me ha hecho ilusión volver al género.
( [SPOILERS] Si no quieres saber NADA del libro no sigas leyendo... )PD: Deseo que el 2013 sea el año de volver a tragar libros, como era mi costumbre. Al menos unos cuantos, hostia ya, que se me está oxidando la cabeza.
PD2: El emoticono de poner ojos en blanco es muy necesario en mi vida, no sé cómo he tardado tanto en apropiármelo
Hace mucho que no estoy en la onda, tron. No sigo las novedades en cuanto a manga y a cómics. No husmeo en las tiendas. Me estaba comprando Fullmetal Alchemist, pero voy sumamente atrasada (ha terminado ya, y yo debo de ir por el tomo 18). De casualidad me dijeron hace poco que Glénat ya no se llamaba Glénat, sino que había pasado a llamarse Editores De Tebeos. Me quedé con cara de what the fuck.
Me hallaba, pues, en ese estado de feliz y confusa ignorancia cuando ayer cayó la bomba. EDT ha perdido todas las licencias de Shueisha, lo cual quiere decir que pierde Naruto, Bleach, Death Note y demás gigantes del shônen. Aún me acuerdo de Berserk, que empezó a publicarlo MangaLine pero la editorial cerró y tuvo que reeditarla Glénat... una putada, ¿verdad? Pues ahora ocurre algo no muy diferente, pero a escala over9000.
Es curioso, Glénat empezó a publicar manga de Shueisha con Rurouni Kenshin, la primera serie más o menos larga que empecé a coleccionarme seriamente. No la acabé, era joven y pobre, además de una adolescente hormonada, pero llegó a gustarme mucho (understatement of the century) y a día de hoy aún me sigue gustando. ¡Ay, después de tantos años!... Espero algún día hacerme con la bonita edición kanzenban de un manga que me trae muy gratos recuerdos. Y bueno, también espero acabar Fullmetal Alchemist en algún futuro utópico y distante.
Mientras tanto el mañana está lleno de incógnitas, a saber:
Seguiré husmeando por twitter, a ver cómo se desarrollan los acontecimientos.
Yo soy un hombre muy fácil de entender, Sayuri. Sencillamente no me gusta tener delante de mí lo que no puedo alcanzar.
—Memorias de una Geisha, Arthur Golden
A veces pienso que soy más simple que un botijo, porque yo en verdad pido muy poco.